El topo hiperactivo

Y ya de paso, comentar que por un parque bastante majo al lado de la playa de San Juan de la Canal había pasado un topo con hiperactividad. O eso, o le habían vertido encima una lata de RedBull y se había revolucionado de más, porque menuda escabechina montó en el césped. Se ve perfectamente la ruta que fue siguiendo por todas las veces que salió a echar una ojeada fuera, y a montículo por ojeada, el resultado es el césped hecho una porquería.
Las huellas del topo
Insisto, ya tuve una vez un topo en mi jardín y es un sinvivir. Además los muy cabrones hacen horas extras por la noche, así que cada día al levantarme y echar la primera ojeada afuera me quedaba casi sin respiración del susto. Montones de galerías, montículos, plantas con las raíces comidas y el muy cabrito no caía en ninguna de las trampas variadas que le puse. Pude por fin descansar cuando salió a darse un garbeo a plena luz del día y se encontró frente a frente con mis perros. Pasé de tener un topo a tener dos medios topos, pero bueno, los medios topos os puedo asegurar que no son para nada perjudiciales ni hacen en el jardín lo mismo que los topos enteros.

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