Saliendo de Comillas en dirección Santillana del Mar por la carretera de la costa (la CA-131 concretamente) aparece un cartel indicador del desvÃo hacia la «Ermita del Remedio». Como recordaba haber visto desde el puerto de Comillas algo puntiagudo en lo alto de un monte cercano, mira, a ver si va a ser esto. Paro, doy la vuelta, me desvÃo y es verdad, ahà está en lo alto con su torre picuda. Si queréis localizarla en Google Maps pinchad aquÃ.
Se llega por un caminito estrecho desde el que no sólo tienes la vista de la ermita. A la izquierda tenemos unos acantilados preciosos.
A la derecha un parque con su hierba y sus mesas para ir de picnic, comer tranquilamente, disfrutar de la paz y la tranquilidad que garantiza un domingo lleno de niños con balones, bicicletas, palos y demás, y oxigenarse con la brisa marina que sale del fondo del mar.
La ermita está bien, es pequeña pero bonita por fuera y por supuestÃsimo cerrada a cal y canto. Dimos una vuelta alrededor, nada especialmente destacable, nada llamativo.
En el tejado sà que habÃa algo a comentar. Han puesto lo que parecen ser un par de antenas repetidoras, pero decoradas por fuera para que se disimulen y no estropeen la imagen de la fachada. Buena idea, sà señor.
Otra cosa destacable en el exterior: a la izquierda de la ermita pero dentro de su misma finca hay un restaurante, el Restaurante El Remedio. Pero no un comedero de esos que ponen cuando hacen una fiesta en el pueblo o un garito escondido, qué va, un restaurante totalmente bien puesto, con un comedor interior precioso, sus mesas exteriores, una carta de platos bastante diferentes a la cocina que suele ser habitual por Cantabria y una carta de vinos inacabable. Será cuestión de ir a probarlo un dÃa porque el sitio promete.