El dÃa que pasamos a Euskadi y aparecimos sin querer en la central nuclear de Lemóniz, realmente iba a la búsqueda de la ermita de San Juan de Gaztelugatxe pero no como harÃa cualquiera, viendo el el mapa dónde está y yendo hacia allÃ. Que va, aquà el sistema caserillo, Gaztelugatxe queda a la orilla del mar asà que nos vamos por la carretera de la costa y ya llegaremos. Y llegamos, desde un mirador pudimos ver que allà estaba a lo lejos, cuestión tan sólo de hacer unos kilómetros más. De los 337.000 kms que hizo mi Focus, trescientos mil debieron ser mientras andaba perdido o errabundo buscando algo. Seguro que si me hubiera comprado un GPS para ir a tiro fijo, el coche me dura diez años más.
Pero bueno, llegar, llegamos. Un recodo de la carretera lleva hasta un bar-merendero-restaurante en el que un cartel ejerce de mapa indicando los diez minutos de paseo que llevan al mirador y veinticinco para llegar hasta la ermita. Como soy un vago redomado y a esas horas ya estaba cansado tras un dÃa de muchas fotos y muchos kilómetros, tan sólo hicimos un minuto de paseo para llegar al bar, sentarnos en la terraza y disfrutar de un café con vistas.
Desde otro mirador al lado de la carretera se podÃa ver el peñasco que sobresale del mar con la ermita en lo alto y el caminito de escaleras que lleva hasta ella. AquÃ, entre otras, se casó la presentadora de la tele Anne Igartiburu. Hacer ese camino y esas escaleras vestida de novia y con tacones tiene su mérito.
Vista de la ermita más cerca, se pueden apreciar unos cuántos seres que estaban más descansados a los que no les importó hacer los veintinco minutos de paseo para llegar allÃ. Eso sÃ, algo que aprendà al visitar el Faro del Caballo es que además de bajar, luego hay que subir y la cosa pierde casi toda su gracia sobre todo si tienes setecientos escalones bien empinados por delante.
Otra vista general para apreciar todo el conjunto, lástima de esa bruma y que el sol no apareció ni por hacernos un favor. Muy majos ese par de arcos naturales a la derecha para rematar la figura del islote.
Pero no es esto lo único que se puede ver desde aquÃ. A la derecha otro pedrusco sale del mar, sin ermita pero más serio, más formal y también muy fotogénico con otro arco natural a su izquierda.
A lo lejos algo que me sorprendió un montón, una plataforma petrolÃfera o gasera, que no las distingo muy bien asà a primera vista. Y si no sé qué es, no hay problema, nada más llegar a casa se pone uno a buscar y sorpresón mayúsculo….
…porque la plataforma es una gasera, se llama «Gaviota» aunque ya hay que tener imaginación para ver el menor parecido de una gaviota con esto. Si se ve claramente que en realidad parecen dos robots, observándonos expectantes con sus ojillos relucientes mientras el de detrás abre los brazos para saludarnos. Más claro agua, oye.
¿Y qué es lo verdaderamente curioso de esta plataforma? Que sacó gas de un yacimiento durante ocho años hasta que se agotó. A partir de entonces usa ese mismo yacimiento para almacenar gas traÃdo de terceros paÃses, al ser estanco y alejado de la costa. El gas se mete en verano a más de dos mil metros de profundidad y se va sacando en invierno para ser consumido. La leche, hay que ver qué cosas inventamos cuando nos ponemos…