Excursión dominguera. Salir de Cantabria hacia el este, llegar a Getxo y a partir de ahà sin rumbo fijo, dejándonos llevar hacia donde nos apetezca. Carretera bordeando la costa, buenas vistas, muchos miradores, muchas fotos. Curva de 180º a derecha, según vamos girando de pronto aparece impresionante ante nuestros ojos lo que parece el esqueleto de una central nuclear… ay la leche, a ver si la niebla esa que acabamos de pasar era un agujero espacio-temporal que nos ha llevado a las cercanÃas de Chernobyl…
En realidad se trata de la central nuclear de Lemoniz, que empezaron a construir allá por los setenta pero el rechazo popular y los atentados de ETA consiguieron que se paralizara primero y se abandonara después.
El aspecto es precisamente de eso, de abandono. Los dos reactores nucleares, en la foto anterior y en ésta, aún están más o menos enteritos.
El resto de las instalaciones da mas pena que otra cosa. Destartaladas, techos levantados, ventanas caÃdas, una piltrafa. Me imagino que no lo desmantelarán todo porque desmontar semejante cantidad de hormigón armado debe costar una pasta de cuidado.
Con lo que me gustan las ruinas ganas sobraban de entrar y sacar el interior de las edificaciones porque debe ser impresionante. Un pequeño todoterreno amarillo que pasó patrullando ya indica que no era buena idea eso de colarse en una central nuclear por muy abandonada que esté.
Leer luego que uno de los dos reactores llegó a tener combustible nuclear dentro, también. Acercarse a esas cosas que te hacen crecer un tercer brazo en la espalda nunca fue una de mis prioridades máximas.