Desde luego, hay que ver qué mal suena esa frase pero qué bueno estaba. Empieza la historia con una visita a Somo y fijaros en el cartel de uno de los bares. Más o menos conocÃa el resto de los elementos comestibles, la masera es lo que en Galicia se conoce como buey de mar y el Jargo es un Sargo. En cambio del machote, ni idea.
Continúa la historia con la visita a mi pescaderÃa de cabecera. Veo expuesto un pescadito de muy buena pinta que responde al nombre de… efectivamente, ¡machote! Pregunto y me dicen que es de la familia de los besugos. Anda, como yo… pues venga para casa que te vamos a honrar como mereces.
Guapo, lo que se dice guapo, el jodÃo pececillo no es. Pero como no me lo traje para hacer un cuadro sino un asado, al final lo que cuenta es que sólo quedó la cabeza y una completa colección de dientecitos que más que familia de los besugos parece de las pirañas.
Rico, rico, rico, uno da para comer dos personas y lo apuntamos a la lista blanca de especies a conservar (para que me las pueda comer).
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