Definitivamente voy a recuperar la serie «todo hueco es papelera» porque no paran de aparecérseme ejemplos delante de mis narices. Vamos por el Sardinero, a uno de los bancos le ha desaparecido la mitad. Queda un hueco en su lugar. ¿Qué pasará?
Lo de siempre, un hueco igual a una papelera. Nunca falta quien aprovecha la ocasión para desprenderse al momento de la basura que va portando.
Caminamos por el centro de noche. Nos paramos a ver un escaparate. Una verja, una botella, la misma medida, el desenlace es inevitable.
Que la botella se queda en la verja, por supuesto. ¿Para qué llevarla a una papelera si aquà cabe perfectamente?