El que me llevé al poco de llegar aquà cuando vi los azulejos que decoraban la barra del Bar Solórzano. De pronto me vino un flash a la cabeza con aquella otra serie que tanto me divirtió hace años, la busca y captura de los azulejos más horrorosos del mundo mundial.
El año pasado reformaron el local, tengo que echar una ojeada ver si sigue igual o han optado finalmente por ceder el paso al buen gusto.