Ese es el nombre técnico que reciben esas chapucillas «de andar por casa» que todos conocemos y nos hacen la vida más fácil aunque se hallen en las antÃpodas de la tecnologÃa. Os pongo un ejemplo. En julio nos acercamos a ver el Palacio de Riva-Herrera, también conocido como Enclave Pronillo y donde se encuentra una sala de demostración del proyecto «Smart Santander» que otro dÃa os comentaré. Afuera hay un aparcamiento con una puerta automática que debe permanecer abierta durante las horas en que está abierto el palacio. ¿Cómo se consigue esto? Se pone un trasto programable que controle la apertura de la puerta dependiendo del horario, en verano si cambian las horas de apertura quizá haya que reprogramarlo, hay que dejar prevista alguna excepción por si algún dÃa hay algún evento fuera de hora o alguien tiene que quedarse a trabajar más tiempo del habitual, etc, etc. Eso, o…
…o la solución de baja tecnologÃa. Recortamos un trozo de pierna de un pantalón vaquero, le ponemos un cordoncillo para que se aguante mejor y con tapar el sensor de paso, asunto arreglado. Coste infimo, mantenimiento nulo, facilidad de uso, flexibilidad horaria, cero averÃas y si lo roban, con recortarle otro trozo al pantalón tenemos solucionado el asunto. ¿Es o no es inteligente?