Pero qué bonita, que alegre, qué cool y que trendy es la dichosa barquita pintada en color rosa, con su calavera y sus tibias pintadas en el lateral, me imagino a Barbie de capitana pirata surcando el mar mediterráneo a la busca de un buen botÃn (y no me refiero al mandamás del banco Santander). Seguro que esta barca es el terror de los mares y en cuanto la ve un galeón, yate o transatlántico, se acojona y detiene la marcha de puro pánico, prestos y dispuestos a darle todo aquello de valor que porten a cambio de salvar el lifestyle fashion.
Virgensita, virgensita, qué perdido está el buen gusto en este mundo y qué malo es el vino antes de escribir entradas del blog…