La capilla baja del Cristo (II)

La leche, cómo van pasando los días y se nos acaba el año, cómo van pasando las entradas y cuántas se me quedan atrás nada que me despisto. Normalmente cuando divido un tema en varias partes suelo ir haciendo entradas con una semana o diez días de diferencia cada una, pero en septiembre puse la primera sobre la capilla baja del Cristo de la catedral santanderina y hasta hoy ni me acordé de la segunda. Hale, vamos allá. Recordar que estaba visitando la capilla que se encuentra justo debajo de la catedral. Primero había mostrado la estructura, el suelo acristalado con restos romanos debajo y las cabezas de los patronos santanderinos. Hoy vamos con detalles, como un altar que hay en una de las esquinas.
Altar en la capilla I
Hay que reconocer que estas cosas se las curraban, estatuas bien trabajadas y no de esos adefesios modernos que acaban en el Guggenheim, con expresividad, bien dimensionadas (no como los portugueses), que se ven como arte independientemente de si uno se cree estas cosas o no.
Altar en la capilla II
El pie del altar está totalmente lleno de nombres por los lados. Buscando un poquito en internet parecen ser los fusilados en el barco-prisión Alfonso Pérez, otro de esos penosos episodios de la guerra. El 27 de diciembre de 1936 la aviación alemana bombardeó Santander causando más de sesenta muertos. Como venganza, fueron a por los prisioneros del barco y mataron a casi ciento sesenta, que deben ser los que figuran al pie del altar.
Inscripciones en el altar
Como en la catedral, aquí también hay unos cuadros bastante llamativos para los que se suelen ver en las iglesias. Asi a bote pronto me recuerda el estilo de Tamara de Lempicka, sobre todo por la forma de pintar, las masas de color y esa sombras. Claro que yo de pintura entiendo lo justo, soy más de Procolor o Titanlux que de pincel fino, tampoco os vayáis a creer…
Cuadros en la pared
Este ya es otro estilo. Un cuadro con talla de madera encima representando cómo bajaron a Jesús de la cruz y en la parte de abajo cómo lo enterraban.
Talla en la pared
No tendría más historia salvo que uno de los personajes de la talla fue verlo e inmediatamente me vino a la cabeza la madre de Brian en la película «La vida de Brian«, de los Monty Phyton. Un airecillo sí que tienen, aunque a veces el cerebro hace unas asociaciones que me dan ganas de abandonar la cerveza antes de que se me acaben de cruzar los cables.
Detalle de la talla
Por último, a la derecha del cuadro del descendimiento hay otro retrato de un señor que viene siendo José María Corbín Ferrer, al cual no conozco de nada pero viendo que la palmó el 27-12-1936 y coincidiendo esa fecha con lo del barco prisión «Alfonso Pérez» ya os podéis imaginar el resto. Efectivamente. Un pase por Google nos cuenta que había nacido en Valencia, vino a estudiar a Santander y con la guerra lo trincaron, se lo llevaron al barco y fue fusilado. En fin, a ver si con un poco de suerte ganan las neuronas y nunca vuelven a repetirse hechos así.
Cuadro junto a la talla

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