Y es que aquÃ, oiga, no se tira nada. Si algo sobra se clava a un árbol, a una estaca o a una pared y pasa a formar parte de la decoración de la finca.
A ver, recopilemos. Me voy a la zona del Asón, luego al Portillo de la Sia y viendo árbolitos de colores, presupongo hayedo asà que por la carretera sigo admirando los tonos rojizos y ocres hasta que de pronto la decoración de un ranchito me deja entre patidifuso y anonadado. Ya habéis visto la foto anterior, ampliamos un poco el árbol central y no os perdáis los postes de las vallas allá al fondo.
Esta era la cabaña «tuneada», con ruedas de tractor repintadas de colores en la hierba, montones de discos, cajas, cintas y placas llenaban árboles y paredes.
Ampliamos un poquito más. No sé si es algo en plan profesional o aficionado (lo más seguro). Sea como sea, llamativo sà que es un rato.
¿Y este otro arbolito? ¿Qué os parece? Con cintas, bolsas colgantes, qué pena que no les presten los molinillos eólicos que se ven al fondo porque serÃa gracioso ver qué podÃan hacer con ellos.
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