A la entrada de la bahÃa de Santander está el islote de la Horadada. Su nombre proviene del arco de piedra natural que tenÃa (foto sacada del Diario Montañés por las razones que explicaré un poco más adelante). Cuenta la leyenda que a los santos patronos de Santander, San Emeterio y San Celedonio, les cortaron la cabeza en Calahorra. Las cabezas se vinieron en una barca de piedra hasta Santander. Al entrar por la bahÃa esa barca estuvo a punto de chocar con el islote que se abrió para dejarles paso.
DecÃa que la isla tenÃa un arco, efectivamente, en tiempo pasado porque un temporal en 2005 se lo cargó asà que por mucho que quiera, a dÃa de hoy no hay forma de retratarlo. Aquà se puede ver la Horadada ya sin él desde la playa de Somo en la orilla de enfrente. El ayuntamiento estudió su reconstrucción con un coste de 300.000 euros. Por suerte, y pese a haber sido adjudicada la reparación a OHL en 2006, pararon el tema en 2010 cuando se decÃa que el coste podÃa llegar al millón de euros. Ciento sesenta y seis millones de pesetas para volver a poner unas piedras en su sitio. Menos mal que el gobierno de España no tuvo que pedir en 2012 un rescate a la unión europea, porque si vienen de Bruselas a fiscalizar las cuentas de este paÃs y ven en qué nos hemos gastado los dineros, arde Troya.
Además, si en realidad hay una Horadada suplente allà al lado. Esta es la Isla de la Torre, con la Escuela de Vela encima. ¿No véis que tiene un arco a la izquierda?
Fijaros bien. Puede hacer el apaño perfectamente. Renombramos esta isla como la Horadada, a la otra le llamamos de cualquier otra forma, asunto arreglado y nos ahorramos una pasta. Si es que este paÃs lo arreglaba yo en dos patadas…