Por fin, por fin, aunque hoy todavÃa caiga algo de agua empiezan los dÃas de calorcito, de sol, de alegrÃa y de andar zascandileando por ahà alegremente. En casa como siempre que llega la primavera tocan las tareas tÃpicas para acondicionarla: cortar la hierba (que en invierno casi no crece), fregotear los muebles de jardÃn para eliminar la roña acumulada, que dentro de nada estaremos tomando el sol fuera y comiendo en la terraza como los señoritos. Claro que no todo es bueno, llegada esta época vuelven mis queridas amigas las hormigas. Reaparecen de golpe y porrazo, un dÃa de pronto ves una hilera interminable de puntitos negros moviéndose por el suelo y ya puedes tomar medidas que estas no tienen educación y no entienden de buenos modales, a la mas mÃnima se te cuelan en la cocina y en las alacenas en busca de todo aquello que se puedan zampar.
Suerte que desde el año pasado tengo un aliado increÃble: el gel antihormigas de Fertiberia, este de color verde.
¿Qué aparecen? Echo unas cuántas gotas en alguna esquina y allá se van como locas a por él. En la primera foto podéis ver cómo se ponen, aparecen en tropel a comérselo. Luego se marchan tranquilamente a su hormiguero y no sé qué pasará, pero no vuelven. Un par de dÃas que repito la misma faena es una semana o diez dÃas de tranquilidad, no veas lo que se agradece porque entrar en casa y encontrarte la cocina invadida de hormigas es una sensación incomparable.