La Ruta del Cares (I)

Desde que llegué a Cantabria llevo diciéndome que tenía que hacer la ruta del Cares, pero un día por otro, otro por uno, cuatro años y la ruta esperando por mi. Bueno, en realidad la medio hice allá por 1990, que fui con unos amigos hasta Caín y recorrimos la mitad del trayecto. Esta vez quería hacerla completa empezando también desde Caín. Lo malo es que ese plan (ida + caminata + vuelta) para un día es mucho tute así que la idea era irse un fin de semana entero. Un fin de semana por otro, otro por uno, y lo dicho, la ruta sin hacer.

Así estaba hasta que un día me paré a pensar en algo tan peregrino como la orientación de la garganta del Cares y la dirección del sol. Si empiezas desde Caín tienes el sol de cara por la mañana, que para las fotos es horrible, y a la vuelta se habrá desplazado para encontrártelo de cara nuevamente. ¿Ir, pegarme una pateada del quince y sacar una mierda de fotos? Ay, no, no, no… cambio de planes y en vez de Caín-Poncebos va a tocar hacerla a la inversa. Opté por ir un lunes de mayo, con eso pude matar dos pájaros de un tiro: sacar mejores fotos y evitar las aglomeraciones que se suelen dar los sábados y domingos, donde más que una ruta parece una romería. Niebla sobre Santander pero buenas previsiones para Poncebos. Así pintaba a las once de la mañana y acabó abriendo hasta quedar un día espléndido. Menos mal que ya escarmenté y pase lo que pase en Santander conmigo siempre se vienen el sombrero y la crema solar.
Llegada a Poncebos
Una vez llegado a Poncebos cruzas un tunel en la piedra con una casa encima y sigues derecho por una carretera que acaba en un camino de tierra y piedras. Aparca el coche en cuanto puedas porque el comienzo de la ruta está bien cerquita.
Inicio de la Ruta de Bulnes
En realidad, en ese punto empiezan dos rutas. Una es la de Bulnes por la Canal del Tejo que hice el año pasado y sigue ese zigzag junto a la cabaña de la foto anterior. La otra es la del Cares que empieza exactamente aquí. En subida, como no. Pero no es esta subida, es esta, otra, otra más y seguir subiendo un buen rato.
Inicio de la Ruta del Cares
Siempre pensé que la parte más bonita de la ruta del Cares era el principio desde Caín. Pues francamente, a día de hoy no sabría qué decir porque este tramo me sorprendió un montón, incluso me recordó a las impresionantes gargantas del río Verdón que vi hace dos años. Unas fotos más adelante entenderéis porqué.
Perfil de la ruta del Cares
Como decía empiezas con una subida potente. Podéis ver en esta imagen procedente de la web rutadelcares.org que los primeros dos kilómetros y medio desde Poncebos se las traen. En ese tramo lo que más se oía era el completo silencio de la montaña y uno subiendo y echando mil pestes por kilómetro. Pero fijaros qué panorama, qué montañas, qué maravilla.
Mirador camino de Los Collaos
Procurad pisar bien y dentro del camino, despeñarse en cualquier punto del recorrido os garantizo que resulta poco recomendable. Es más, un lunes que prácticamente la ruta está desierta y nadie te vería caer es probable que te encontraran los buitres bastante antes que cualquier equipo de rescate. Avisados estais, y eso lo dice uno que va siempre solo, a su bola y a veces mirando por el visor y la pantalla de una cámara en vez del camino.
Al pie del barranco en la Ruta del Cares
Ese tramo agotador es el que va desde Poncebos hasta un alto llamado Los Collaos. Subes y subes por la ladera de la montaña hasta encontrarte con esto, dos cabañas en ruinas y el camino que continúa por detrás. Animo, que ya queda poco.
Dos cabañas en ruinas
Tras las cabañas había un trozo del canal que discurre a lo largo de toda la ruta del Cares. Unas veces va por debajo de la ruta, otras por encima y en este caso a la par. Prácticamente en todos sus tramos está vallado, una pena porque daban ganas de descalzarse y refrescar los pies, sobre todo a la vuelta donde pesan más los kilómetros y mucho más si váis con un par de ampollas en el talón como me pasó a mi. Las cosas de no atarse las botas correctamente…
Tramo del Canal del Cares
Entonces llegas a Los Collaos y este es el panorama que se abre ante ti. Sin habla me quedé. Impresionante. Es que no hay palabras para describir lo que estaba viendo, la montaña cortada en vertical, el río serpenteando al fondo muchos metros más abajo, la sensación de naturaleza pura… no conocía esta parte de la ruta y me pareció increíble, por eso digo que no sabría si elegir la parte de Caín o ésta. Una es bonita, pero esta otra es alucinante sobre todo para aquellos a los que nos gustan las montañas.
Mirador y barranco vertical
Allá abajo el río, con el agua color esmeralda y un montón de rápidos. Aquí arriba uno con la boca abierta mirando para todos lados y sacando una foto, otra, otra y otra más. Nota para fotógrafos: menudo acierto empezar desde Poncebos a las once de la mañana, todo el recorrido con el sol a mi espalda iluminando la garganta de pleno. Este colorido y este contraste no lo hubiera sacado con el sol de frente ni a tiros.
El río allá abajo en la Garganta del Cares
En unos días toca el segundo tramo e iros preparando porque si saqué cuatrocientas fotos a lo largo de la ruta, esta serie va para ocho o nueve capítulos…

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