Lo mÃo con los cementerios es un poco peculiar. Ya sabéis que cementerio nuevo que veo, visita que le hago. Para desesperación de la parienta lo recorro tranquilamente echando una ojeadita, viendo panteones, lápidas, nombres, decoración y raro es aquel donde no encuentro algo que fotografiar. Unos son más grandes y más espectaculares, otros más pequeños y menos llamativos pero no por ello dejan de tener sus cosillas curiosas. Este es el de Quintanilla de An, al sur de Cantabria. Lo vi, no me pareció gran cosa hasta que me fijé en un detalle: ¿qué hacen esas lápidas pegadas en los muros? ¿Dónde está enterrada esa gente? ¿Entre las rendijas acaso…?