En una primera visita a la Fuentona de Ruente, esa de surgencia intermitente que de buenas a primeras decide dejar de manar y se queda seca, leà en ese cartel de allà al fondo que tal comportamiento se lo achacan a la existencia de una «anjana» (hada de la mitologÃa cántabra) en el interior.
Si lo dicen en un cartel será que es verdad, a ver quien soy yo para dudar de esas cosas… voy a echar una ojeada al fondo a ver si aparece por algún lado.
Pues anjana no vi ninguna, quizá es que libra los domingos, lo que sà vi fue un par de truchas que flotaban alegremente y sin preocuparse de mi presencia a pesar de que por mi mente pasaban unas ideas muy negras para su futuro en las que intervenÃan truchas, jamón y una parrilla.
Aquà está la segunda, nadando a su aire en el exterior de la cueva. Conste que haber, habÃa una tercera trucha más pequeña, pero esa me debió leer el pensamiento porque salió pitando y si te he visto no me acuerdo. Trucha precavida vale por dos.