Acostumbrado estaba yo a ver siempre el mismo modelo de gallina cuando Ãbamos dando una vuelta por Hondarribia, eché una ojeada a la finca de una casa en una de las calles cercanas al puerto y ¡caray! ¡Si tiene el césped lleno de gallinas jipis!
Se trataba de unos ejemplares con las plumas más «esponjosas», las patas también cubiertas y pelos hasta en la cresta que casi se parecen más a un gato de angora que a una gallina. Pensé si serÃa una raza propia del pais vasco pero no, se trata de Gallinas Sedosas del Japón, raza oriental que fue importada a Europa. Mira qué bien, otra tonterÃa más que he aprendido hoy.