Si es que aparecen donde menos te lo esperas, paredes, pasos de cebra o esta vez en el puerto de Laredo, justo donde se coge el barquito turÃstico.
Y no es una pintada cualquiera hecha con un spray, esto ya requiere una planificación previa y una plantilla como dios manda.
Pues mire usted qué bien me viene, algo que alegra un poco el suelo de asfalto y me da motivo tanto para sacar una foto como para hacer una entrada del blog. Qué haya muchas más de estas por la ciudad que esas otras que dicen «Prohibido tal» o «Prohibido cual».