En la visita al museo de la Catedral, se pasa del campanario a la planta inmediatamente inferior donde se pueden ver restos tanto religiosos como historicos. Empezamos por una vitrina con un montón de pergaminos antiguos, un par de columnnas y un relieve en la pared.
En ese relieve la figura de un escriba, el encargado de copiar los libros para evitar que se perdieran antes de que Gutemberg inventara la imprenta.
Vitrinas con trajes de obispos, cruces, cálices, etc. A mi esto ni fu ni fa pero bueno, saco fotos por si acaso.
Lo cierto es que se lo curraban bien currado, menudo trabajón en plata y oro tiene sólo la base de la cruz.
Una pila de agua bendita que mandaron desde Sevilla en agradecimiento a la expedición del Almirante Bonifaz que liberó la ciudad de los moros.
Una efigie de la Virgen que estaba en el exterior de la catedral, dicen que es la Virgen de los Milagros porque en el incendio de 1941 no se quemó. A dÃa de hoy se ve la imagen bastante deteriorada pero por la acción de las termitas, carcoma o lo que sea, que ha dejado una completa colección de agujeritos en la superficie.
Dos trajes de los que se usaban años ha en las procesiones y eventos varios. A pesar de que en Santander no hace un calor exagerado debe ser un gustazo de cuidado ir con esa tela prieta y de color oscuro en pleno veranito. Si además hace viento sur el golpe de calor está asegurado.
¡Incluso estaba allà expuesta una carretilla de caoba que perteneción a la reina Isabel II, con sus filigranas talladas y su pala con punta de plata! Esta la dejamos para la siguiente entrada, porque tiene su historia que merece la pena contar.
4 comentarios Escribir un comentario