Hablaba en su momento de cuevas en la montaña, y mientras visitábamos Puente Viesgo encontré un cartel que señalaba la dirección a otras cuevas que para mi, como prácticamente recién llegado, resultaban desconocidas. Se trata de las del castillo, la de las monedas, la pasiega y la de las chimeneas. Me pregunto para qué me molesto en enumerarlas, si teniendo la costumbre de fotografiar los carteles que voy viendo me lo podÃa ahorrar, que una imagen vale más que mil palabras (o por lo menos eso dicen todos menos los de la Academia de la Lengua, que como es normal tienen que ver por lo suyo).
Hay un parking pequeñito, las cuevas están acondicionadas para recibir visitas previo paso por taquilla, que se encuentra ahà al fondo.
Como iba acompañado de dos bestias peludas ladradoras dejé la visita para una próxima ocasión y me limité a fotografiar la estatua de un pedazo piedro que hay a mano izquierda de la foto anterior. Supongo que será una reproducción ampliada de un hacha de la época de Marujita Diaz, cuando los dinosaurios. Muy bonita, muy artÃstica, pero francamente yo no la pondrÃa adornando en el salón de mi casa porque luego coordinarlo con el resto de la decoración es un problemón de cuidado. Va mejor si te gusta lo rústico, las pieles de cabra como alfombras y eres muy de antorchas en la pared. Si no, mejor probar con otra estilo.