Asà es cómo ando hoy, porque la semanita se las trajo y el sábado también. Se me ocurrió comentarle al médico que tenÃa en el triceps un lunar que parecÃa haber cambiado últimamente y por lo visto esas cosas lo mejor es quitarlas de delante. Pues vale. El martes me paso por Solares, lo ve otro médico y me dice que 99% de probabilidades de que sea un lunar normal, pero si querÃa que me lo quitaba igual. Pues hombre, ya que estoy aquà y sale por el mismo precio, me lo quite usted y asà tengo alguna novedad que contarles a los lectores de mi blog. Un pinchacito de anestesia, tres puntos, adiós al lunar y bienvenido a un recosido en la parte trasera del brazo.
El sábado me voy de ruta por el Monte Candina, en una aventura montañera que dará para varias entradas porque fue de pelÃcula. Salió muy bien pero podÃa haber acabado muy mal, empezando porque estaba el dÃa totalmente cubierto, me fui sin gorra, cuando iba por media subida despeja el sol y me gané un quemazo de brazos y cuello. Claro que si le pones una tirita al brazo para proteger el recorte del lunar… ¿qué consigues? Un brazo bien colorado con el dibujo de una tirita.
Ejercà de cabra un rato largo, cinco horas de montaña perdido, encontrado, al pie de abismos, con unas vistas tremendas, saltando por las rocas, mis botas se comportaron como unas campeonas pero la cantidad de barbaridades que hice acaban por dejar algún «efecto secundario» como puede ser un moratón de unos cinco centÃmetros bajo el tobillo izquierdo. DeberÃa echarle Trombocid, pero como el tubo que tenÃa por casa lleva caducado desde el 2009 casi mejor me abstengo, no vaya a esquivar a la muerte saltando por los riscos como las cabras y acabe palmando tontamente por usar medicamentos resesos.