Andan últimamente por aquà con el gusanillo de la curiosidad picado por la aparición de un simbolito en varios lugares de la ciudad. Esta es la primera visión que hubo del elemento, dibujado sobre un azulejo colocado a la entrada del Pasaje de la Peña.
A mi particularmente me parece un cóctel molotov con una M en medio de la botella, pero como yo soy muy simple a lo mejor hay que buscarle una explicación algo más compleja con metamorfosis, no espacios y almotrones cósmicos para comprender su verdadera dimensión.
La siguiente aparición: una pintada en la Avenida de la Reina Victoria, aprovechando una puerta tapiada.
La tercera ha sido una pegatina en una señal de la calle Hernán Cortés. Si domina los azulejos, las pintadas y las pegatinas, esto tiene que ser alguien de Bellas Artes por lo menos.
¿Qué queréis que os diga? A mi me empieza a recordar al asunto del afamado 26945 gallego. Tanta pintada, tanto misterio, tanta historia, espero que detrás del azulejo haya algo de verdadero interés y no acabe siendo el patético bluff que resultó ser el famoso numerito.
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