Acostumbrado a Galicia, con esas costas largas, montaña prácticamente sólo en el interior y para eso más bien bajita, aquà me llama mucho la atención que relativamente cerca del mar empieza la montaña a lo bestia. Mar, unos kilómetros y hala, cordilleras a lo bruto. Desde Suances se pueden ver los acantilados y justo detrás a la izquierda las estribaciones de los Picos de Europa nevados.
Y desde Santander se ve Pedreña en la orilla de enfrente, un valle donde está Solares y a continuación la zona de Asón, que tampoco es moco de pavo. Una pena no haber sacado la foto unos dÃas más tarde porque estaba todo completamente blanco a cuenta de la ola de frÃo polar de este año.