Cada vez que paro en Unquera casi voy a tiro fijo a lo mÃo. A papear lambonadas, evidentemente. Siendo de allà las famosas Corbatas de Unquera es obligatorio hacer un stop, sentarse a tomar un café y dar cuenta de un par de ellas. Si es un lugar tranquilo con terracita, mejor que mejor.
Eso no quita que una vez repuestas las energÃas pertinentes y saciada la necesidad de dulce me dé un garbeo por el pueblo para ver puentes, pintadas o lo que se tercie, como en este caso un monolito de piedra que en principio pensé que serÃa un banco para sentarse, luego una mesa donde hacer picnic pero finalmente creo que es un monumento conmemorativo a juzgar por la placa que aprecia en la parte derecha.
En esa placa está una dedicatoria a José MarÃa de Cos, de quien intenté buscar sus hazañas en internet pero se me complicaron las cosas al aparecer con ese nombre desde un ex-alcalde de Cabuérniga a un arzobispo de Valladolid nacido en Terán (Cantabria) o incluso el antiguo jefe de los servicios médicos de la Seat. Lo escueto de la placa francamente tampoco es que ayude mucho. Habrá que preguntar la próxima vez que pase por el pueblo, a ver si me sacan de dudas.