Hace ya mucho tiempo que recomendaba la Bodega Fuente De como el indiscutible e indiscutido rey de los tascorros. Amantes de la Nouvelle Cuisine y el diseño de interiores, imaginaros el extremo totalmente opuesto a vuestros gustos y habéis hallado la definición del local. Mesas corridas, jamones colgantes, fotos del año la carrañaca, decoración ligeramente demodé (hace ya muchos años) pero amigo, si de comer se trata allá me voy con los ojos cerrados. El principal problema es que suele estar lleno, relleno y requetelleno. El sábado pasado con eso del partido de fúmbol del milenio entre el Barça y el Madrid (no entiendo eso de que haya cada año tres o cuatro partidos del milenio, pero bueno…) pasamos por delante de varios chiringuitos y todos bastante llenos, con el fúmbol a volumen altito y el personal abducido por la televisión. Pasamos delante del Fuente De y estaba medio vacÃo. ¿La razón? El partido era en modalidad de pay-per-view y en el Fuente De escogieron aquà no-se-paga-por-ver. Impresionante ocasión para meterse dentro, pedir dos tintorros y con ellos vinieron de regalo seis pinchos de queso picón, este mismo, una de mis debilidades.
A continuación nos pedimos media tabla de embutidos y esto es lo que nos pusieron. Queso, pan de pueblo, vino, chorizo, lomo, cecina, jamón, mas vino, hay que ver lo bien qué entró todo y lo contento que sale uno con el buche lleno de cosas tan ricas.