Tras un invierno frÃo y húmedo hasta aburrir al más pintado, por fin parece que ha llegado la primavera de verdad. Primer dÃa de viento sur y calor por encima de los veinticinco grados, primer dÃa que se echó a la calle hasta el gato de doña Francisca y el que pudo, a disfrutar de la playa como si no hubiera un mañana. Se ve poca gente, pero suficiente si contamos que eran las ocho de la tarde. Por la mañana en el Sardinero habÃa mucha más, pero con dos martinis encima no atiné a completar una secuencia de acciones tan compleja como puedan ser sostener la cámara sin que se caiga, enfocar algo distinto de infinito y pulsar el botón de disparar, por lo que no hay foto mañanera.
Aún asÃ, a esas horas de la tarde la juventud-divino-tesoro seguÃa metida en el agua disfrutando de uno de los primeros baños del año. Impresionante también ver cómo con el reciente cambio de hora los dÃas se han hecho enormes y ahora es de dÃa hasta las tantas. Disfrutémoslo, que viendo cómo va el panorama cualquier dÃa nos ponen un contador e imponen una tasa por hora de sol disfrutada.