No sabÃa yo que habÃa tanta devoción y tanta procesión en Santander, siempre pensé que no era una ciudad especialmente destacada en ese aspecto, pero esta semana santa echando una ojeada al periódico salÃa una lista de procesiones y aún eran unas cuántas. Como esos dÃas poco pasé por la ciudad ni me hubiera enterado, pero una tarde me dirigÃa a realizar una gestión cervecera en «La Dolores» junto a la plaza de Pombo, recién reabierto y con unas tapas bastante distintas a lo que es tÃpico por aquà además de estar bien buenas, al llegar por los alrededores veo un montón de gente, policÃa, tambores… me asomo y anda, mira tú quienes son…
¡Una procesión! Pues vamos a sacarle unas fotos a estos que llevan el paso y me apaño una entrada en el blog.
Los de arriba llevan un paso de unos cuántos kilos pero se reparten el peso entre varios. Este pobre que iba detrás se repartÃa con él mismo el peso de una cruz de madera con pinta de pesar unos cuántos kilitos además de ser poco manejable. En mi aviesa imaginación me imagino que cuando la cofradÃa se pone a preparar la procesión, se echan todos a por las túnicas y pobre aquel que le queda la de color oscuro. Supongo que de ahà vendrá el conocido dicho «me tocó la negra» indicativo de «menuda me ha caÃdo».
Y por si fuera poco iba descalzo. Eso es valor, una por lo que puedas pisar y otra porque como veréis en la gente, a esas horas no es que hiciera calorcillo precisamente. Lo intento yo y como mÃnimo me gano una pulmonÃa.