O por lo menos eso es lo que entiendo yo cuando veo esta señal de Castro Urdiales. Un tÃo saltando de cabeza y cayendo sobre un pez, que seguramente acabe lesionado (el pez, se entiende). Ya es mala punterÃa, saltar de cabeza y causarle un esguince cervical a una lubina. Yo intentarÃa saltar con la boca abierta y trincar la lubina, que al horno o a la sal están de miedo y caballo regalado ya se sabe lo que pasa. Si fuera un mero o un besugo, salto con la cabeza, con las piernas, con una red, con un arpón y con una mina marina si fuera menester, porque esos ya son palabras culinarias mayores.
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