Aunque no sea propiamente Cantabria, a la vuelta de la penúltima visita antes de venirnos definitivamente hicimos parada en León para comer y dar unas vueltas. El tiempo acompañaba, una mañana preciosa, gente, colores vivos, la ciudad resplandecÃa.
Impresionantes la cantidad de balcones llenos de flores, le daban un colorido y una alegrÃa tremenda a la ciudad. Fijaros en éste:
Pues lo multiplicáis por muchos y asà estaban algunas calles.
Domingo y mediodÃa, no podÃa faltar la boda en la catedral con sus invitados a la espera o el coche antiguo para recoger a los novios.
Y una curiosidad, caminando por la calle Ordoño II que viene siendo una de las principales de León, me di cuenta de la existencia de una torre semiescondida detrás de una casa. Fijaros bien, parece que la hubieran encajonado entre los demás edificios y ahà quedó, con su aspecto medio faro, medio minarete.
Una vista más cercana, anda que no tengo ido veces a León y paseado por sus calles pero nunca me habÃa fijado en esto. Nada como ir con los ojos abiertos para llevarte una sorpresa de cuando en cuando.
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