Y ya que hablamos de monicreques, ¿dónde se habrán ido aquellos cinco monigotes gigantes que decoraron la calles de Santander durante el Mundial de Vela? ¿Les habrán dado vacaciones? ¿Se habrán ido a otra ciudad en busca de nuevas oportunidades? ¿Tendremos que llamar al Paco Lobatón para que los encuentre?