Altamira por fin (II)

En una primera entrada describía mi paso por el museo y la neocueva de Altamira. Cuando salimos del edificio principal vi un camino enlosado por el que iba una parejita. Digo yo que si van por ahí algo habrá que ver… por lo menos espero que no vayan con intenciones de pegarse el lote y les aparezca yo de carabina…
Camino de lo antiguo
En primer plano una placa con un par de bisontes esculpidos por Jesús Otero, el del museo de Santillana del Mar, junto con el típico cartelote explicativo.
Bisontes de Jesús Otero
A continuación aparece una explanada con dos animales simulados. Aquí se hacen talleres neandertales, puedes probar las armas que usaban en aquella época tirando contra los bichos. A juzgar por los intentos que hacían los tres que estaban haciendo puntería no debe ser demasiado fácil. Desde unos diez metros de distancia fallaban por más de un metro. Uno de ellos debía ser el monitor del taller y en su mejor tiro le dio al ciervo en el hocico. Si comer dependiera de su puntería me parece que iba a pasar tanta hambre como el perro del afilador…
Tiro al animal
Anda, un edificio moderno. ¿Y esto para qué sirve? Según dice a la entrada aquí hay exposiciones temporales. Pues habrá sido en otro tiempo, porque hoy está cerrado.
Sala de exposiciones temporales
Delante había un pedazo monolito con placa conmemorativa a Marcelino Sáenz de Sautuola, descubridor de la cueva, aunque con el sol en lo más alto y justo a contraluz. Si no llega a ser por San Photoshop no se vería nada de nada.
Monolito conmemorativo
¡Anda! La entrada a una cueva. ¿Quieres ver qué por aquí se entra a la Cueva de Altamira verdadera? Por supuestísimo, cerrado a cal y canto con barrotes en la puerta.
Entrada a la cueva de las estalactitas
Será que en la época prehistórica ya había normativa de seguridad en locales cerrados, porque la cueva tiene salida de emergencia por otra esquina. O eso, o que aquí se reunía la mafia de Vito Cromagnone y tenían otra salida disponible por si había redada.
Salida de emergencia de la cueva
Ahora una reflexión en voz alta. Cuando vayáis a ver algo como esto, echadle una ojeada antes a un mapa, a un plano, a cualquier cosa que os dé un poco de información. Como un servidor iba en plan pachanga total ni me molesté en enterarme qué había que ver por allí, así que salí sin saber que esa entrada no es de la cueva de Altamira, sino de la Cueva de Estalactitas. En lo alto de una colina vimos una casa vieja con unos andamios por fuera y supusimos que estarían arreglando cualquier cosa. Ni me molesté en fotografiarla. Pues mira tú, es la «casa de 1924», la primera edificación destinada a la gestión de la cueva, Y la entrada a la cueva de verdad está justo al lado de la entrada de la casa. Patético lo mío, lo sé. Son las cosas de tener el día vago.
Mapa de Altamira

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