Se me van los ojos

No es que se vayan de vacaciones, que va. Es que… cómo lo explicaría, debo tener un radar visual que detecta desde kilómetros las pifias ortográficas o las cosas mal hechas porque se me van los ojos directos hacia ellas. Tengo la sensación de que planto la vista sobre un cartel y si hay un error es cómo si estuviera rodeado de flechas de color fosforito, mi ojo allí se irá. Voy a ver el puente del estanque sin patos por mi insana curiosidad a ver si aumentó el número de candados enganchados en sus laterales. Primer candado que veo, primera bofetada en el ojo. Ay, ese «sienpre»…
Sienpre juntos
Me voy de excursión a tierras vecinas por el este. ¿»Bagoneta»? ¿De veras «bagoneta»?
Bagoneta
Pero no sólo faltas ortográficas. En Burdeos pasamos delante de un conocido restaurante y… ay… eso de quedarte sin «zetas» y rematar la faena con una «ene» girada noventa grados no sé, no sé, a mi no me acaba de convencer…
Restaurante Odouze

Deja una respuesta


Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.Más información sobre las cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies