Soy yo. Lo reconozco. Que si las botellas que tiré al mar desde Galicia tal, que si cual, que si al ver una flotando echo una ojeada por si es de las mÃas, me acerco a la playa y otra que veo, otra que retrato. Total, para al final caer en la cuenta que las mÃas NO SON DE COCA COLA… si las que tiré yo eran de La Casera, asà que de no mediar una transmutación cósmica el asunto es totalmente imposible. La edad, que no perdona y se come el cerebro, algo que se aprecia especialmente en aquellos cuyo recuento de neuronas aptas para realizar su trabajo resultaba ya de por si escaso en épocas de bonanza cuánto más ahora que se van jubilando.
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