Mencionaba en aquella entrada sobre la rÃa bicolor cómo las orillas del rÃo que desemboca en la rÃa de Santander estaban llenas de un lodo color ocre. Pues bien, hoy vamos a matar dos pájaros de un tiro, siempre en sentido figurado, que yo serÃa totalmente incapaz de matar cualquier animalillo excepto las gaviotas que se cagan en mi coche recién lavado, en cuyo caso dame un lanzallamas y apártate que salpico. En fin, reanudando el hilo de la cuestión inicial, paso primero a presentaros una estatua situada en un muelle de El Astillero, el monumento al pescador. Supongo que pescarÃa por telekinesis moviendo los peces del agua a la cesta, porque lo que es caña, arpón, sedal, anzuelo u otro artilugio de los que suelen usar los pescadores ni se ven, ni se les esperan. Es más, si me enseñas esta foto te dirÃa que es un paisano que se fue de picnic al muelle y tiene en la mano un botellÃn de cerveza, pero de todos es sabido que en lo que al espÃritu artÃstico se refiere, yo soy un menos cero a la izquierda.
Pasando al otro asunto, se puede ver la ingente cantidad de limo, cieno, barrillo o lo que sea que se acumula en el lateral.
Al proceder la foto de un dÃa nublado no se ve su color real, de modo que buscamos en el archivo fotográfico una en dÃa soleado y voilá, aquà la tenemos. Si es casi color naranja. Por cierto, eso que se ve ahà delante es medio monopatÃn, se ve que el usuario no sabÃa si tirarlo al mar o no y optó por jugárselo al 50%, tiro la mitad y la otra mitad me la llevo para casa.
Y para finalizar, mostrar una costumbre intemporal e independiente de la situación geográfica. ¿Qué me sobra un neumático? Al agua, patos, que la subida de la marea se encargará de borrar las huellas del crimen.