Con esto de la popularización de los gintonics como bebida repija por excelencia han aparecido ciento y la madre de marcas de ginebra «premium» junto con otras tantas recetas variadas en las que intervienen unas especias de las que la civilización occidental casi ni tenÃa noticias (si os interesa el tema echadle una mirada a «The Gin Blog«). Una de estas ginebras de calidad es de Torrelavega y se llama «Siderit».
Aunque soy más cervecero que de estas cosas, un par de veces que la probé hasta estaba buena y todo. De sabor agradable, suave y nada que ver con engendros como la ginebra Fockink, aquella que bajaba arañando el esófago y debÃa ser a la flora intestinal lo que el Gramoxone a la flora vegetal.
Si he de poner una pega creo no se han esmerado demasiado con el diseño del envase visto el despliegue de botellas de colorines y con formas poco habituales que se ven por ahÃ. Si, ya sé que lo importante es el sabor, pero muchas veces estas cosas entran por los ojos primero. Además cuando el abuso de espirituosos empieza a hacerse evidente es más fácil pedirle a la camarera o camarero un gintonic de esa botella verde que acordarse el nombre.
Por suerte y por el bien de sus clientes no parecÃa hecha con aguas del Besaya a su paso por la Sniace, que todos sabemos cómo queda el rÃo gracias a los vertidos de la fábrica. Asà que ya sabéis, el próximo gintonic pedirlo de Siderit que está bueno, es de Cantabria y de paso me podéis dar la razón o llevar la contraria (y no, tampoco me patrocinan…).