Como uno está interesado en todo lo que tenga que ver con pecios y naufragios, Carmen me mandó hace ya unos dÃas una imagen del periódico en la que se narraba el embarrancamiento del barco «Almenara» junto a la Isla de la Hierba, donde el Instituto Oceanográfico tenÃa un laboratorio y un criadero de almejas. Once toneladas recién sembradas y tiene que encallar un barco justo encima, hasta parece hecho a mala idea.
Y digo «tenÃa un laboratorio» porque del edificio que sale en la foto a lo que hay allà hoy en dÃa media un abismo. Esta es la Isla de la Hierba, con el famoso criadero de almejas en primer plano. Allà ni habÃa almejas, ni nada que se le pareciera, tan sólo un montón de conchas de una especie de ostras gigantes pegadas a las rocas y hay que ver cómo cortaban las muy jodÃas, pisé una vez con el lateral de la bota en la esquina de una ostra y le pegó un tajazo a mi bota nueva que me quedé alucinando. Si llego a ir descalzo salgo andando sobre dos muñones en vez de pies.
Se aprecia que del edificio en lo alto queda entre poco y nada, ¿verdad? Asà de frente ya se nota un poco más.
Por la parte de atrás aprovechamos la posición más favorable del sol para conseguir unas fotos bien majas y coloridas de la ruina total. Hasta las nubes acompañaban visualmente.
Queda la placa del suelo, las columnas, alguna pared y partes del techo. Nada en el interior, ni siquiera las ventanas.
Fijaros. Entre el tiempo y los vándalos va quedando cada vez menos. Ahora que si lo vuestro es hacer fotos de ruinas aquà hay miga.
Lo que en su dÃa debió ser una terraza hacia la bahÃa, hoy es esto. Una pena que si ya estaba hecho se dejara perder, y si está perdido una pena mantener semejante adefesio sobre una isla.
El interior ha sido vandalizado a base de bien, ya se han llevado todo aquello que pudiera tener un aprovechamiento. El resto está roto, con basura por el suelo y huellas de hogueras.
Ya que tenemos una ventana habrá que aprovechar para enmarcar el paisaje exterior, suerte que me llevaba el flash externo para iluminar el primer plano y que no hubiera tanta diferencia con la parte del mar y cielo, si no la foto se verÃa mucho más oscura. TendrÃa que haberme situado justo en la perpendicular del centro de la ventaba para eliminar las distorsiones en las lÃneas que componen el marco, pero bueno, eso ya es para sobresaliente.
Ah, curiosidad que en dos lugares habÃa una pintada similar a ésta. Las he visto en bastantes más sitios, todas fechadas en 2010 asà que me imagino que serÃan parte de algún festival de arte tipo «Desvelarte» en ese año.
Aquà está la otra. En la parte superior habÃa esa masa blanca que no pude identificar. HacÃa sol, luego no era nieve. Tampoco parece azúcar. ¿SerÃa sal? Se podrÃa tocar con el dedo y probar, pero el último que hizo ésto no le funcionó nada bien cuando encontró un montoncito de arsénico. TenÃa que haberme fijado si las gaviotas que picoteaban el polvo blanco de pronto se aceleraban y no paraban de chillar, a ver si es que fueron a descargar aquà un cargamento de farlopa y dejaron los restos de una cata.
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