Subida al Pico de la Miel (II)

Retomamos la subida al Pico de la Miel tras una primera parte que me dejaba con la cima a la vista y las glándulas salivales funcionando a todo vapor (se me caía la baba) sólo de pensar en las fotos que podría sacar desde arriba del todo. El camino esta vez estaba marcadito y bien marcadito y, como uno aprende de los errores pasados, ni un milímetro me desviaba del sendero visible.
Ultima subidita
Cosa curiosa que en dirección sur se pueden ver los restos de la Estación de esquí de Lunada, pequeñita y con pocas pistas pero otra opción invernal más… de no ser porque está abandonada. A sólo 1.300 metros de altura y con una carretera de acceso que pasa días y días y días cortada por los neveros, poco futuro le veo.
Estación de esquí de Lunada
Bonito mirador esas piedras de la derecha, es posible llegar hasta ellas, subirse encima y disfrutar de las vistas del valle como si estuvieras en lo alto de un púlpito. Yo me abstuve, que para 2014 ya cumplí mi cupo de arriesgar la vida tontamente.
Mirador sobre el valle
Pero qué vistas… qué montaña… qué ladera cortada tiene el Pico de la Miel, como ahí arriba todo sea igual de bonito voy a quemar el disparador de la cámara por exceso de uso, voy a sacar quinientas fotos, material para veinte panorámicas, me lo voy a pasar pipa.
Ladera del Pico de la Miel
Hago una paradita para repostar, beber, sacar alguna foto con el móvil y mandárselo a la parienta para que se haga a la idea de que otra vez estoy al borde de poder cobrar mi seguro de vida en plena época de rebajas y esas cosas. Huy… ¿de dónde ha salido esa nube?
Vista del Picón del Fraile
Huy, huy…
Llega la niebla I
Huy, huy, huy…
Llega la niebla II
Huy, huy, huy, huy, huy, huy… ¿¿¿pero qué ha pasado aquí??? ¿¿¿Quien ha apagado el sol??? ¡¡¡Pero qué es estooooooooooooooo!!! ¡Tramposos! ¡Esto no vale! ¡Yo no juego!
Llega la niebla III
Así que cuando me quise dar cuenta, esto es lo que había. La cumbre estaba ahí delante, sí, pero ¿me arriesgo a subir? ¿Seré capaz de encontrar el camino para volver a bajar? Y una vez arriba… ¿cuántas fotos decías que ibas a sacar?
La cumbre escondida entre la niebla
Fue visto y no visto. En cinco minutos pasamos de unas vistas preciosas a un no-se-ve-nada precioso. ¿Será que soy gafe? ¿Será que el patrono de los excursionistas campestres ha decidido reirse de mi?

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