Durante el mes de febrero se sucedieron los dÃas de lluvia, mal tiempo, frÃo pelón y temporal en el mar, pudiendo ver imágenes curiosas como ésta. Donde se ve agua, normalmente hay una playita minúscula pero playa al fin y al cabo, con sus piedrecitas y su arena. Esta vez ni piedras, ni arena, ni nada, unas olas de impresión batiendo contra el paseo marÃtimo y regalándole una buena mojadura a todo aquel que pillara desprevenido.
La existencia de semejantes olas era motivo suficiente para que el Sardinero se poblara de surferos aprovechándose del estado de la mar para practicar su deporte favorito. Y qué más da que llueva, si más de lo que ya están no se van a mojar.
En otras playas, como la de Somo, pasaba lo mismo aunque al ser playas enormes y no tener una referencia clara del tamaño de la ola no parece tan bestia el asunto. Si queréis esa referencia, pinchar en la foto, por la arena y un poquito antes de dos edificios se ven dos puntos minúsculos. Eso eran dos paseantes. Comparadlos con las olas y asà os podéis hacer una idea del oleaje que se vivió por aquà estos dÃas atrás.