Los prados cántabros están llenos de pacas de hierba para que coman los animales. Todos los campos se ven iguales, hierba, verde y en alguna esquina un montón de rollos grandotes de color negro.
En todos los campos… menos en uno. Cerca de Reinosa nos encontramos un campo diferente, en él deben tratar de maravilla a las pacas de hierba porque se las veia felices y contentas.
Todas… menos una. Quién sabe qué motivos tendrá una paca de hierba para estar triste. ¿Se sentirá sola? ¿Le harán las demás el vacÃo? ¿Tendrá una ortiga detrás que la está llenando de escoceduras? ¿Tendrá vértigo y la han puesto en lo más alto? Quien sabe, pobre paca infeliz.