Hay una tienda en Santander, al lado del ayuntamiento, que tienen el escaparate dividido en varias «ventanas». En cada una muestran un tipo de zapatos, mujer, hombre, más de vestir, más informal, de fiesta, etc. Todo dentro de lo habitual salvo el último escaparate, cada vez que paso me quedo allà pegado, asombrado, fascinado, abraiado, alucinado y un montón de «ados» más. Lucen con todo su esplendor desde unos zapatos dorados a unos de brillantina plateada, pasando por unos de lentejuelas rojas hasta llegar a mis favoritos, los peludos de color verde que se ven arriba en el centro. Impactante, impresionante, fascinante, alucinante y un montón de «antes».