Es bonito pasear por Oviedo. Aunque no tenga mar como Gijón lo compensa siendo una ciudad llana, muy monumental, llena de estatuas, con zonas para tomar vinos y zonas verdes, como el Campo de San Francisco en pleno centro. No es la primera ni la segunda vez que acabamos dando una vuelta por allà para estirar las piernas, sentarnos un rato al aire o ver el pavo real que anda a veces ejerciendo como escalador en este arco de piedra. Ya lo retraté en 2010, lo volvà a ver un par de años después y en la visita del año pasado curiosamente no estaba. ¿Se habrá jubilado?
No vi pavo real pero a cambio encontré una cosa que no habÃa visto antes y me sorprendió… ¿qué un árbol se inclina hacia el camino? Le ponemos un arco de piedra artÃstico para que se apoye y no caiga sobre un paseante. Hala, asà de bonito, asà de curioso.