Estimados lectores, amantÃsimos leedores, dilectos consumidores de estas letras, necesitaba, clamo, requiero, preciso de vuestra ayuda. Supongo que habréis ido notando cómo de unas tres semanas para acá el blog cargaba más lento y parsimonioso, cuál si del dueño se tratara, al que la gula pantagruélica desvÃa sangre de la cabeza al estómago impidiéndole un correcto funcionamiento neuronal, que ya de por si nunca fue muy lucido pero mucho menos ahora con los manjares cántabros a los que tanto me he aficionado (del cocido montañés programado para el domingo mejor no digo nada, que ya se verán las fotos). Esta lentitud es achacable a los cambios que estaban realizando la empresa donde tengo alojados todas las historias interneteras y a una metedura de gamba posterior mÃa. Hoy por fin deberÃa ir la cosa bastante más ligerita, ¿notáis que haya mejorado la velocidad a la que carga la web, o por lo menos ya no va como una burra renqueante?
Y como no hay entrada sin foto, aquà va lo que he visto esta misma mañana. Me tuve que «hechar» colirio para quitarme el dolor de los ojos, qué barbaridad, qué bestias hay por el mundo adelante.
Si le llegan a mandar escribir el conocido dicho «Ahà hay un niño que dice ay», nos matan a todos de la impresión.
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