Si te alejas de la costa cántabra, empiezas a subir laderas y el panorama se transforma en algo por este estilo.
Pequeños valles verdes metidos entre montañas picudas con sendas de un lado para otro y cabañas de pastores entre los prados. Valles más grandes o más pequeños, montañas más altas o menos altas pero siempre un panorama bastante parecido. Alejándose se ve mucho más espectacular.
SerÃa increÃble tener una moto pequeñita de enduro y recorrer tranquilamente esas sendas, parándote donde las vistas fueran llamativas y sacando fotos a tutiplén. IncreÃble, sÃ, pero como tantas y tantas cosas buenas de la vida seguro que está prohibido. Si ya lo han hecho limitando las posibilidades de las bicis, seguro que te pillan en moto por el monte y te empalan en el primer abeto libre que haya.