Existen en Cantabria tres castillos medianamente bien conservados, hay más pero el resto están prácticamente en ruinas. Uno es el faro-castillo de Castro Urdiales, otro el Castillo de San Vicente de la Barquera y el tercero, último que me quedaba por visitar, es el Castillo de Argüeso que se puede ver saliendo de Reinosa en dirección Alto Campoo.
En cierto modo me tiene un aire asà como al Castillo de Maceda en Orense, o al de Villasobroso en Pontevedra. Castillo enterito y encima de una colina, aunque este tiene sus buenas montañitas por detrás.
Hay una carretera que rodea el castillo y acaba en la parte de atrás, en un aparcamiento donde dejar cómodamente el coche. Sólo restan cinco minutos de una subida no tan bestia como parece en la foto para llegar a la puerta.
El entorno es bastante majo. Al estar en lo alto de una colina se ve el castillo sobre todo este verde y con el cielo azul al fondo. Nos faltan Heidi, Pedro y las ovejas para rematar la estampita.
La estructura no es muy recargada ni complicada: dos torres unidas entre si, un tramo de muralla que rodea el patio interior y ese arbolito en el medio.
El meadero embutido en los muros que no falte, por favor. ¿Qué serÃa de un castillo si tuvieras que ir a mear fuera? ¿Qué harÃas en caso de asedio, contando que por aquellos entonces los ataques duraban meses?
Esta es la puerta de entrada sobre la que existe un matacán del que salen los mástiles de las banderas.
Una vez dentro, al lado de la muralla están las escaleras de subida al matacán. Desde allà se tiene una vista perfecta del pueblo de Argüeso.
El patio del castillo, con las dos torres y la estructura construida entre ambas. Pocas ventanitas y un solo balcón.
La torre de la derecha, junto a una casita a través de la que se entra al castillo. Nos atendió una chica de lo más amable que nos contó la historia de la fortaleza y nos oriento sobre todo lo que podÃamos ver tanto dentro como en los alrededores.
Está todo muy bien renovado y en buen estado de conservación, aunque según fui viendo por las ventanas ya pueden ir gastando unos litros de herbicida para evitar que les salgan árboles entre las grietas de la piedra, fijaros cómo están algunas paredes exteriores. Si siguen creciendo al final va a quedar el castillo tan recubierto y mimetizado con el entorno que no va a haber quien lo encuentre.
En la segunda parte tocará el interior, pero lo dejamos para dentro de unos dÃas que va siendo hora de comer y el estómago ruge exigiendo su yantar.