Por fin, que ya iba siendo hora, hemos empezado con las visitas a cuevas, algo a lo que le tenÃa bastantes ganas. En principio Ãbamos a ir a El Soplao, pero como ya tenÃan completas las reservas a la hora que nos interesaba, cambiamos el destino para ver las cuevas del monte El Castillo al lado de Puente Viesgo. Hay dos visitables, la del Castillo y la de las Monedas. Tres euros por persona cuesta visitar cada una. Esta es la entrada a la cueva del Castillo.
Tras la lona hay una pequeña exposición con carteles y réplicas de piezas encontradas. A partir de ahÃ, una excavación de la que han sacado restos y más restos de animales. Al fondo, arriba a la derecha, se puede ver una pequeña puerta verde por la que se entra a la cueva y se pueden visitar las galerÃas, ver estalactitas, estalagmitas y pinturas prehistóricas de animales en las paredes.
No dejan sacar fotos, asà que del interior os quedáis con las ganas. Triste costumbre, porque cada foto es publicidad gratuita y una razón de más para visitar la cueva. Que no permitan flash vale, pero ya me contarán a ver qué estropea una foto sin flash. Y si es por vender más postales, tiempo perdido porque buscando en internet hay fotos a punta pala.
En el exterior hay una lona con manos pintadas, la podéis ver a la izquierda del todo en la primera foto, simulando la manera de pintar de la prehistoria.
Como curiosidad, entre los neandertales también debÃa haber piques y se respondÃan haciéndose una «peineta» según queda constancia en la lona pintada.
La otra cueva visitable es la de las Monedas. En principio se llamaba «Cueva de los osos» por los restos encontrados en la entrada, pero al final aparecieron dentro (en el fondo de un pozo de veintiséis metros de profundidad) unas monedas del siglo XVI y le cambiaron el nombre. Esta es la entrada. En ambas cuevas esperamos un ratito, vino un guia y nos fue acompañando a unas diez personas durante toda la visita, enseñándonos los aspectos más interesantes de cada cueva, lo que habÃa que ver y las pinturas prehistóricas de forma sencilla y entretenida, sin caer en rollos técnicos ni históricos. Un diez para ellos.
Si eres de los que te gustan estas cosas te lo pasarás pipa viendo lo que se suele ver dentro de las cuevas, estalactitas, estalagmitas y columnas hechas por la unión de una estalactita y una estalagmita, verdaderas preciosidades como ésta.
O «coladas», que vienen siendo una especie de «cascadas» hechas de piedra.
En el monte El Castillo hay varias cuevas más, aunque no son visitables de momento. Según vas andando por el caminito que lleva de una cueva a otra encuentras una verja cerrando el paso a una puerta en la roca, es la de Las Chimeneas según indica un grabado en la piedra arriba a la izquierda. Uno de los guias nos comentó que hay más de cuarenta cuevas el monte. Casi ná.
También está la cueva «La Pasiega», entrada similar a la anterior y el nombre grabado en piedra encima de la verja.
Hasta los huecos que van a dar a una cueva están marcados con el nombre, supongo que será por si acaso alguien se cuela, por lo menos que sepa donde se ha metido.
En fin, esto es lo que hubo en la primera visita, a la que seguirán más porque otra cosa no sé pero en Cantabria cuevas hay una «jartá».