Algunas veces me voy a pasear por la parte de atrás del aeropuerto y si tengo suerte con los horarios, tanto puedo ver llegar un avión, dos o lo más divertido, despegar alguno. Van hasta el final de la pista, dan la vuelta, se paran a un tiro de piedra mÃo y a continuación aceleran los motores a todo meter para iniciar su carrera. Menudo momento, menuda escandalera que montan.
Es aún más espectacular con el suelo mojado porque el chorro de aire levanta cortinas de agua, enormes sobre todo cuando el avión se inclina para subir. También es bonito para los que circulan por la autovÃa en ese momento ver un avión que surge de sopetón a un lado. Y es que si me descuido, la cabecera del aeropuerto y la autovÃa están separados sólo por un quitamiedos, un carril bici, una valla y veinte metros de prado.