Llegando a Castellane, cerca de los Alpes franceses, pude ver la forma más sencilla de hacer herejes y que la gente pierda la fe. Se coge la ermita y se pone en lo más alto de la peña más cercana.
Observen ustedes donde la han puesto. Las vistas serán una pasada, pero como haya que ir de romerÃa la mitad de los romeros se quedan por el camino. Certifico que por la parte atrás de la peña no habÃa un ascensor, escaleras mecánicas ni nada parecido.
Ah, y que no me olvide, en Castellane pude ver el equivalente francés a la calle Entrerruas de Santiago. Callejón estrechito donde los haya con sus vigas cruzando para asegurar las casas a ambos lados, no vaya a ser que los muros decidan juntarse mientras alguien está cruzando y lo rescaten convertido en una alfombrilla.
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