Si es que la mitad de los recuerdos que tengo de los viajes son gastronómicos. Esta foto, por ejemplo. Bonito paisaje allá por San Roque de Riomiera, buenas vistas, amplio colorido y esa casita amarilla es «La Vieja Escuela» donde nos mandamos un cocido montañés con tortos que entró de miedo tras una mañana triscando por la nieve del Puerto de Lunada. Y oiga, ahora que van llegando los frÃos van entrando las ganas de repetir. Lo de la nieve incluso me lo podrÃa ahorrar, que se cansa uno tontamente y luego resta capacidades cognitivas para apreciar la comida al 100%.
Por mi llamadme zampabollos, siempre y cuando me déis los bollos que zampar…