Tras las partes uno y dos, volvemos a las andanzas por la Canal del Tejo subiendo sin cesar en dirección a Bulnes. Más de una hora de subida debÃa llevar ya y me encontraba en un lugar tal que asÃ. Metidito entre montañas, precipicio a un lado, sin cobertura de ningún tipo, el sitio ideal para caerse por un barranco por caminar mientras va uno revisando fotos en plan lo que le pasó a aquella señora de Coruña que por ir leyendo su tablet se le olvidó hacer la curva que sà hacÃa la carretera y se cayó a la rÃa del Burgo.
Véase qué paisaje, qué sitio, qué casita con su cercado al pie de la montaña. Lo mejor de caminar en dirección sur es que cuando sobrepasas un lugar interesante, das la vuelta, el sol queda exactamente a tu espalda y es facilÃsimo sacar una foto asà de colorida.
Una foto no, una docena de fotos según vas alejándote del punto cuesta arriba porque otra cosa no sé, pero lo que son cuestas en esta ruta tienes todas las que quieras y más. Paisajes también tienes todos los que quieras asà que mientras subes la cuesta y disfrutas del paisaje iluminado por la luz del sur acabas sacando una docena de fotos de cada lugar. Cómo ha cambiado la fotografÃa, antes un carrete de 36 fotos me duraba un montón, ahora me voy de ruta montañera y vuelvo a casa tan contento con más de trescientas en el bote.
Llegando a los tramos finales de subida aparecen unos pedregales enormes, miles de piedras que se han ido desprendiendo de la montaña. Hay a ambos lados, pero como se ve, la ruta pasa por en medio de los de la izquierda..
Ya digo que son miles y miles de piedras acumuladas de todos los tamaños, pequeñas, grandes, muy grandes y tan grandes que si te caen en un callo vas a cojear unos cuántos dÃas.
Además hay pedregales menos densos como el anterior, o densÃsimos como éste. Piedras, sobre piedras, sobre más piedras. Mejor no empezar a pensar en la cantidad de ellas que se caen, en que podrÃa caer una rebontando justo ahora que paso yo, o provocar un aluvión cuesta abajo… lo dicho, mejor ni pensárselo.
Por fin llega un punto en que allá al fondo, en lo alto de una colina, descubres algo que parecen casitas. ¡Bulnes a la vista! ¡Ya queda poco! Hasta parece que a las piernas se les olvidan todos los kilómetros de subida y vuelven los ánimos.
Ahà están las primeras casas en lo alto de la montaña. ¡Venga, venga, venga que no queda nada!
El panorama, espectacular. Montaña, valle, pueblo, picos nevados, el final de caminata también hace que merezcan la pena todos los esfuerzos anteriores.
Dos horas y pico llevaba andando cuando llegué a este puentecito, el lugar ideal para parar, echarse agua por la cabeza, por la cara, por el cuello, por la espalda, refrescarse todo lo refrescable porque aún quedaba un rato de camino. A la izquierda del puente hay un poste que indica que a Bulnes se va por la izquierda, por el collado de Pandébano. Lo que yo no sabÃa es que Bulnes se divide en dos partes, Bulnes – Villa y Bulnes – Castillo. Si vas por Pandébano llegas a Bulnes – Villa dando un rodeo. Lo que nadie dice es que si aquà te vas por la derecha y subes un trozo de monte haciendo zigzag, llegas a Bulnes – Castillo y luego sólo tienes que bajar cinco minutos hasta Bulnes – Villa, de modo que los que hagáis esta ruta ya os sabéis la historia para cuando lleguéis al puente.
Desde Pandébano se ve Bulnes – Castillo en lo alto ante una montaña que lo cierra todo alrededor. Espectacular. Para ser la primera vez que pasaba por aquà iba con la boca abierta tanto por la caminata como por los paisajes que aparecÃan ante mis ojos.
Por fin asoma la primera casa de Bulnes – Villa con un cartelote que suena a gloria bendita. Bar = cerveza fresquita. Porque sÃ, uno será montañero en ratos libres, pero antes me federé en la CofradÃa del Buen Vivir y una cervecita después de semejante esfuerzo entra que da gusto.
El pueblo en sà tampoco es que tenga mucho que ver. Unas casas, un cementerio, una iglesia y tres o cuatro bares casi llenos con su terraza correspondiente. Seguramente será de lo que viven los paisanos del lugar. Fijaros qué pinta y ya me diréis si ésto no atrae como un imán. A ver si es creéis que uno se pega casi tres horas de caminata sólo por andar monte arriba y monte abajo…
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