¿Dónde será esta playa tan rústica, con ese empedrado destroza-espaldas y ni un lugar decente donde tender la toalla?
¿Donde será, quien tienen piedras de todos los tamaños, clases, colores, filos y hasta cristales sueltos por el medio (lo juro, que los vi con estos ojitos mismos)?
Pues ni más ni menos que en la afamada y superturÃstica Saint-Tropez, ésta es la cala donde Brigitte Bardot se paseaba en la pelÃcula «Y Dios creó a la mujer» de 1956. Salvo una capa de pintura poco ha debido cambiar desde entonces.
En el puerto ya es otro cantar. Mucho yate, mucha motora, pero las playas un verdadero churro.
Insisto una vez más, menuda suerte que tenemos al poder disfrutar playas como ésta en San Vicente o cualquier otro arenal de Cantabria, de Galicia o de España en general. Y además gratis. Que dure asà muchos años.